ROMA.- Un peruano,
miembro de la tripulación, y dos turistas franceses son las tres
personas muertas, cuyos cadáveres han sido recuperado, en el naufragio
de un crucero en la isla italiana de Giglio ocurrido anoche, informan
hoy medios italianos.
Los cuerpos de las tres víctimas se
encuentran en la morgue de la localidad de Orbetello, cercana a Puerto
Santo Stefano, en la Toscana italiana, y según los primeros exámenes
médicos habrían muerto ahogados, añaden los medios locales.
Hasta ahora las autoridades italianas sólo han confirmado tres muertos
en el naufragio, aunque aún están sin localizar un total de 70 personas,
de las 4.229 que iban a bordo del crucero "Costa Concordia", según el
prefecto de Grosetto, de la que depende Giglio, Guiseppe Linardi.
Además de los tres fallecidos, 67 viajeros sufren heridas de
diferente consideración, por las que han sido atendidos en los
hospitales de Grosseto y Orbetello.
Un total de 42 personas están hospitalizadas, mientras que los otros heridos presentaban fracturas leves o hipotermias.
Españoles y latinoamericanos denuncian "mentiras"
Más de un centenar de turistas españoles y
latinoamericanos afectados por el naufragio del barco de la compañía
"Costa Crociere" en aguas de la isla de Giglio (centro de Italia)
denuncian hoy que los responsables de la embarcación les mintieron en
todo momento sobre lo que estaba sucediendo.
A la espera de
una repatriación que aún no saben cuándo llegará y cuando por el momento
se estima en 70 el número de desaparecidos y 3 los fallecidos, parte de
los 177 españoles y 107 latinoamericanos que iban en el barco pasan
como pueden las horas posteriores a la tragedia en el hotel Hilton de la
localidad italiana de Fiumicino, junto al principal aeropuerto de Roma,
el Leonardo da Vinci.
Los supervivientes denunciaron
el "caos" vivido durante la evacuación del crucero, con escenas propias
del hundimiento del "Titanic".
"Fue lo mismo que el
'Titanic'. Tuvimos que ver cómo cuando evacuábamos en barcas, otras se
nos venían encima. En la nuestra tuvimos suerte porque una solo llegó a
dar en la parte frontal y por fortuna no volcamos", explica a Efe Justo,
un turista de la isla de Mallorca (España).
"La tripulación
no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y el capitán nos mintió. Dijo
hasta el último minuto que todo estaba controlado y que solo era un
fallo eléctrico", comenta la chilena Claudia Fehlandt, que se une al
corrillo de afectados para expresar su indignación.
A sus
relatos acompañan con algún vídeo del crucero hundiéndose con las luces
como protagonistas en la oscuridad de la noche, imágenes que pudieron
tomar con los teléfonos móviles una vez que viajaban ya en las barcas
salvavidas durante esos interminables diez minutos de travesía hasta
Giglio.
"Ha sido traumático. Desde un principio nos dimos
cuenta de que era grave, pero siempre nos dijeron que todo estaba
controlado, que era solo una avería en el generador. Estábamos cenando
en el restaurante cuando sentimos un golpe y nos dijeron, incluso, que
volviéramos a los camarotes", explica Vivian Parra, una chilena que
viajaba en el crucero con su marido, su hijo y su suegro.
En
la sala, varios de los afectados se erigían en portavoces y expresaban,
no sin que saltara alguna lágrima, el trance por el que habían pasado y
la indignación por ver cómo la tripulación del barco fue, según ellos,
la primera que intentó evacuar, sin darles instrucciones y dejándoles
desamparados.
"No hubo aquello de que las mujeres, los
ancianos y los niños primero. Yo, que tengo 70 años, tuve que bajar
agarrándome a unos cables", asegura María Carmen Ramón, de Alicante
(España).
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